
El progreso cultural, tecnológico y humano más importante de la Historia entra espectacularmente con nuestro siglo y milenio. Abordo en este artículo, tangencialmente, la cultura, los transportes, las costumbres, las leyes y los inventos de los que nos servimos desde el año 2.000.
Cultura
Internet domina la inteligencia y las decisiones humanas en nuestros días. Creado en los años 90 del siglo anterior, esta nueva centuria va a contemplar su instalación en la mayoría de los hogares, en todas las empresas y en cualquier centro educativo. Solo existe lo que se anuncia en la Red, y esta coordina, promociona, relaciona y ofrece todo tipo de servicios, ahorrando tiempo y esfuerzo.
La industria editorial crece muchísimo, al combinar el papel con la información digital. En la segunda década del siglo gran cantidad de periódicos y revistas deja de editarse físicamente para convertirse en prensa y libros online, en ebooks.
Las bibliotecas, las universidades y las administraciones públicas digitalizan sus archivos, así como los manuales, reglamentos y prácticas de las empresas en los primeros años del siglo.
Los museos abren sus puertas al público masivo, infantil, colegial y adulto, con visitas organizadas. También modernizan sus instalaciones y sacan a la luz obras olvidadas en sus almacenes. El arte, la ciencia y la cultura llegan a un porcentaje muy elevado de población, dejando de ser patrimonio exclusivo de unos pocos afortunados, con alto nivel de renta y estudios.
El cine se ha convertido en el instrumento cultural y de ocio más potente y dúctil, porque las películas, los documentales y desde luego las series encandilan a la gente como ninguna otra cosa. Las imágenes, las fotos, los videos particulares o comerciales se difunden a través de las redes sociales, de tal forma que las pantallas, pequeñas, como la del móvil, o grandes, como la del cine, están presentes muchas horas en nuestro día laboral o de asueto.
La radio y la televisión siguen monopolizando los medios de información de masas, multiplicándose los canales y las emisoras, ofreciendo reportajes fabulosos en directo, noticias científicas y sociales de primer orden, así como debates políticos y publicidad muy influyente.
Por supuesto, la trasmisión de contenidos legales, morales o comerciales en los medios de comunicación no se inspecciona demasiado en un principio, pero empieza a preocupar a políticos, profesores y psicólogos en los años 20 de este nuevo siglo, saltando la alarma por la ascendente adicción a pantallas de adolescentes, jóvenes, adultos y también por algunos juicios mediáticos a grandes redes sociales, a raíz de temas de competencia y corrupción.
Entre los espectáculos de masas, destacan los eventos deportivos, retransmitidos a millones de personas, sobresaliendo las ligas y campeonatos de fútbol continentales o mundiales, pero también los Juegos Olímpicos, encuentros internacionales de deportistas de élite en todas las disciplinas posibles. La incorporación masiva de la mujer al deporte es clara en torneos, gimnasios y ofertas televisivas.
El teatro sigue triunfando como dos mil años atrás, sumándose a él los conciertos multitudinarios y los musicales en ciertas grandes ciudades, los cuales constituyen verdadero despliegue de sonido, técnica, danza, vestuario y efectos especiales. Los festivales dramáticos locales y la construcción de teatros acercan el drama y la comedia a todos los pueblos y ciudades.
Transportes
El coche eléctrico, inventado muchas décadas atrás, se va imponiendo al de gasolina. Se inventa el coche utilitario sin conductor, verdadero reto industrial de nuestro tiempo.
Las líneas aéreas bajan sus precios y, debido a ello, el turismo internacional se extiende a la clase media, ansiosa de conocer constantemente nuevos lugares, cercanos y lejanos, así como poblaciones soñadas.
El tren de alta velocidad se generaliza y el de media distancia y cercanías se moderniza y extiende su red por todos los continentes.
Los cruceros surcan ríos y mares transportando a miles y miles de turistas.
Costumbres
La familia sigue siendo la institución social más apreciada, abriéndose, al menos en el mundo occidental, a distintas variantes de la misma. Todos los hijos reconocidos son legítimos. Las parejas no necesitan vínculo matrimonial para ser aceptadas en su entorno y las personas homosexuales pueden casarse si lo desean.
Los encuentros entre personas en el restaurante, la terraza o el centro comercial se prefieren a la comida en casa por celebración familiar o a la visita en casa de parientes y amigos, tan popular históricamente.
La moda en el vestir, especialmente la de las mujeres, evoluciona hacia la comodidad, a la variedad, al pantalón, a los tejidos suaves, prácticos, lavables, confortables. El diseño en ella es muy importante, tanto como el precio de la ropa, confeccionada en telares y talleres de costura asiáticos en una gran mayoría. El coste se abarata, apareciendo prendas originales y de nuevos tejidos en numerosas tiendas pequeñas y medianas, hasta el punto de que, en las enormes avenidas ciudadanas, antiguos cines y teatros de solera se van convirtiendo en grandes almacenes con venta al público de prendas textiles.
Las vacaciones en lugares de veraneo, generalmente en la playa, o en el pueblo de los abuelos, se extienden a casi toda la población, aunque década a década, por las crisis económicas, los días vacacionales fuera de casa se irán reduciendo para las familias de clase media y baja. Las clases altas, por su parte, como siempre, disfrutan de maravillosos viajes al extranjero y de estancias en resorts a todo lujo.
La limpieza viaria, el cuidado de extensos jardines y desde luego la construcción de centros culturales, comerciales, centros de mayores, de salud y polideportivos mejora la apariencia de nuestras calles.
En todas las viviendas, hoteles, escuelas, oficinas, y fábricas el uso de agua corriente, caliente y fría, así como la calefacción, son la norma.
Las niñas, al igual que los niños, van al colegio de forma obligatoria. Las mujeres viajan solas si quieren, se visten de manera formal e informal, llevan el pelo corto y largo, van a la universidad, trabajan de manera remunerada, deciden el número de hijos que desean tener, son autónomas, copan puestos de la judicatura, entran en profesiones antaño claramente masculinas, como el ejército o la policía, e incluso trabajan en hospitales y colegios en mayor número que sus colegas varones
Por otra parte, las apuestas y la prostitución siguen ocupando capital y ocio a manos llenas. Las adicciones a sustancias y pantallas no disminuyen. Tampoco el consumo de pornografía.
La educación, la sanidad y las pensiones públicas por jubilación o enfermedad tienden a ser universales en Occidente.
En nuestro siglo la extraordinaria variedad, abastecimiento continuo y control sanitario de los alimentos son realidades visibles en los supermercados, que están acabando, a su vez, con el pequeño comercio de productos y los mercados tradicionales de abastos.
La industria alimentaria está muy regulada internacionalmente. En España corre a cargo de sus comunidades autónomas y el reglamento ad hoc de la Unión Europea.
La higiene en la recolección de verduras o la vigilancia en el procesado de pasteles y panes, entre otros tantos controles, permiten ofrecer productos de máxima calidad, que deben exhibir de forma visible precio, peso e ingredientes. Las economías de escala y la existencia de grandes cadenas comerciales ofrecen descuentos puntuales de fruta de temporada, de cajas con varios kits de leche, de congelados, de infusiones o legumbres a granel o empaquetados, así como de chocolate o yogures a punto de caducar.
Los salarios de los trabajadores occidentales se regulan por convenios y suele existir una regulación nacional sobre salario mínimo, días de vacaciones, período de prueba, contratación laboral, reglamento de huelga y representantes sindicales de los trabajadores
No se puede contratar laboralmente a menores dieciséis años, las mujeres ocupamos más del 40 % de la población laboral y entre una jornada laboral y la siguiente deben mediar al menos doce horas.
Todo lo anterior es muy diferente del panorama de finales del siglo XIX y principios y mediados del XX, donde el movimiento obrero luchaba por pensiones para trabajadores enfermos y para viudas, así como por una jornada asalariada de ocho horas, vacaciones y descanso semanal de dos días, sin entrar, entonces, a denunciar fábricas insalubres o sueldos miserables de las obreras, obreros y niños, ya que la infancia ha trabajado hasta nuestros días en el campo, en la ciudad y en su caso, en la fábrica.
La esperanza de vida para hombres y mujeres supera los ochenta años, cuando rondaba los cuarenta y cinco a principios del siglo anterior, y son muchas las personas que alcanzan los noventa y cien años en el siglo veintiuno.
La asistencia sanitaria pública es un servicio primordial para el total de la población, incluyendo calendario de vacunas, concesión de bajas laborales y prevención de enfermedades. En este sentido, la pandemia de Covid 19 de 2020 ha supuesto un reto mundial sin precedentes, donde han muerto 5.000.000 de personas y se ha vacunado a un porcentaje de población muy importante de la humanidad, aun considerando las enormes diferencias entre países en este sentido.
La mortalidad infantil ha descendido mucho, tanto como las bodas y el número de hijos por familia. El consumo de tabaco, mayoritario en el siglo XX, ha disminuido y prohibido en el XXI en lugares de trabajo y estudio.
El individualismo, la soledad no deseada de los mayores, la soltería, la vida sin pareja y la libertad de costumbres han dado al traste con los matrimonios impuestos por los padres.
El teletrabajo, en sectores comerciales y administrativos, ha brotado y se ha extendido mucho en la segunda década del siglo actual, con sus peculiaridades de reorganización familiar y ausencia de contacto social entre colegas de oficina u oficios.
Las jornadas laborales, en algunas ocasiones, se han flexibilizado y se busca la conciliación entre horas de trabajo y ocio, así como la corresponsabilidad entre ambos miembros de la pareja en las tareas domésticas y cuidado de hijos.
Leyes
Cinco sectores sociales han visto reconocidos sus derechos legalmente durante los últimos cien años: las mujeres, los menores de edad, los homosexuales, los discapacitados y las minorías étnicas.
Aunque la práctica y continuidad de sus derechos en el tiempo ofrece ciertas lagunas, las reivindicaciones legales de estos cinco anteriores sectores, a través de huelgas, manifestaciones y propuestas parlamentarias, han llevado a la sociedad hacia la tolerancia y asunción de dignidad de otros seres diferentes del modelo: hombre joven, blanco, heterosexual, empleado y sin discapacidad.
En concreto, el reconocimiento de la violencia contra las mujeres, contabilizando a las muertas por esta causa, y la creación de tribunales específicos en materia de violencia de género ha resultado absolutamente innovador.
Inventos
La inteligencia artificial, el Internet de las cosas, el 5G y la digitalización de todas las empresas son novedades muy recientes de nuestras dos décadas de siglo actual.
Financieramente, nuevos tipos de seguros como el de responsabilidad civil profesional, pago de alquiler o salud de seniors, unidos a los clásicos de vida y hogar, han mejorado la salud económica de particulares y familias.
Los materiales empleados en la construcción y mantenimiento de las viviendas son mucho más eficientes que los antiguos, aunque los precios de compra y alquiler de las mismas no dejan de subir, resultando hoy inasequibles para la mayoría de los jóvenes.
El urbanismo
El diseño armonizado y sostenible de los barrios nuevos es asignatura reciente pero obligada, en los consistorios, casi tanto como la conservación y exhibición de los barrios viejos.
La contaminación lumínica, sensorial y ambiental es motivo de preocupación y hasta de emergencia sanitaria para las autoridades locales.
El reciclado de materiales, el aprovechamiento de los alimentos y el consumo de plástico se va racionalizando, en contraste con la euforia del siglo pasado en el consumo masivo de productos contaminantes, en la deforestación y en el desperdicio.
En resumen, la vida en los primeros años del siglo XX, cuya panorámica puedes ver en mi artículo Principios del siglo XX, ya presagiaban un comienzo del siglo XXI espectacular, como acabo de describir, aunque cualquier sueño o especulación se ha quedado corto al hacerse realidad.
De hecho, dos novedades marcan estos primeros veinte años de nuestra centuria: la inteligencia artificial y la conquista del sistema solar con exploración del universo, hitos que la literatura ha imaginado y la técnica está plasmando en la práctica.
Mis novelas, El retablo y El sol de diciembre, que he escrito para ti, se ambientan en cada uno de estos inicios de siglo tan apasionantes. Espero tus comentarios en este blog. Abrazos.