El infinito en un junco de Irene Vallejo: comentario al libro

Papiros egipcios conservados y elaborados a partir de la planta del papiro.
© “Genuine Egyptian papyrus” (2005-06-011) de Vyacheslav Argenberg está sujeto a una licencia CC BY 2.0.

Este libro relaciona el mundo antiguo con el moderno, en una referencia constante a obras literarias y gestas épicas de todas las épocas, así como películas.

Juncos que se convertirán en papiro

El libro El infinito en un junco, de Irene Vallejo, Premio Nacional de Ensayo 2020, publicado por Editorial Siruela en 2019, es un extraordinario tratado de filología, historia y sociología, escrito en un estilo sencillo, delicioso y comprensible.

Estructura de la obra

El libro presenta dos partes bien diferenciadas: Grecia imagina el futuro y Los caminos de Roma, extendiéndose al Egipto y Persia antiguos, las culturas donde se inició hace cuatro mil años la escritura. Cada párrafo relaciona un asunto definitivo de la historia de ambos pueblos con el mundo actual, en un prodigioso alarde de inteligencia y sabiduría por parte de la autora.

Características y modos de expresión

Como resumen, el libro El infinito en un junco va desgranando los distintos inventos que nos han llevado desde los habitantes del Neolítico, que inventaron el fuego hace trescientos mil años, hasta los humanos que disfrutamos hoy de Internet en nuestros móviles, en una carrera imparable por comunicarnos con los demás a través, sucesivamente, de la palabra hablada, el lenguaje, la palabra escrita en piedra y en tablilla de barro o cera, el alfabeto, el papiro, la escuela, el libro de hojas, la biblioteca, el papel, la imprenta, la extensión de la escolarización, el lápiz, la librería, el bolígrafo y el mundo virtual de Internet, apoyado por sus antecesores: la radio, el micrófono, el telescopio, la televisión, la grabadora y el ordenador.

Material de escritura

En el principio, la arcilla fue el material donde se escribieron las primeras palabras, conservadas en tierras de la antigua civilización sumeria, en monumentos o tumbas. El lenguaje escrito, que supuso un órdago a la inteligencia y el simbolismo, inventando signos llamados letras, que representaban sonidos, se fue propagando y diversificando por Asia, África y Europa, guardando en la memoria de la gente las hazañas bélicas, los acuerdos comerciales y las normas establecidas. 

La piel de los libros

Poco a poco, se implantó el uso de juncos machacados en una pasta acuosa, que, una vez secos, daban lugar a hojas de papiro, que se enrollaban sobre sí mismas y, tras ser exhaustivamente aprovechadas para narrar hitos, batallas, biografías o censos, se guardaban en cajas y recipientes secos. Los papiros conservados hasta hoy guardan, milagrosamente, documentos y experiencias que han resistido la humedad, los terremotos, los incendios, la devastación de las guerras, el abandono y el ataque lento de los insectos.

Coliseo romano: el lugar donde se celebraban los espectáculos públicos.
© «Colosseum – Rome – Italy» de Sam Valadi está sujeto a una licencia CC BY 2.0.

Figuras de la escritura

La lectura y escritura son las mayores habilidades de nuestra especie. Representan la clave para conservar el conocimiento, para comunicarnos con las personas que nos rodean y la prueba definitiva de nuestra capacidad intelectual, del ingenio para superar las dificultades y de la fuerza arrolladora que supone la unión con otros. La autora aborda también las figuras del censor, del bibliotecario o bibliotecaria, del maestro, de la madre que cuenta cuentos a sus hijos, del coleccionista de libros, del intérprete de lenguas, del viajero que luego describiría sus andanzas por tierras y lugares lejanos, de los generales como Alejandro Magno o Julio César, que conquistaron el mundo conocido en su época y aportaron su lengua a las tierras bajo su dominio.

Grecia

La primera parte del ensayo se refiere a Grecia, la cuna de la democracia y de la literatura expresada en obras de teatro, filosóficas o de poesía. Homero, en el siglo V antes de Cristo, autor de la Ilíada y la Odisea, fue el padre de la cultura griega o helenística. Los griegos eran guerreros instruidos, educados en la elegancia del arte mesurado, en la paciencia, en la curiosidad por el aprendizaje y en la acumulación de conocimientos. Su sociedad era bastante igualitaria entre clases sociales, aunque las atenienses tenían prohibido salir a la calle o participar en la vida cultural de su ciudad estado.

Autores griegos

Las referencias a Platón, Aristóteles, Heráclito, Sócrates, Hesíodo, Heródoto, Aristófanes, Menandro, Arquíloco, Safo, Demóstenes, Tucídides, Esquilo, Sófocles y Eurípides como filósofos o dramaturgos, así como la mención a las obras de Homero, son constantes, alentándonos a leerlas y repasarlas, puesto que los temas que abordaron: poder, ambición, relaciones familiares, ruina y desolación tras la guerra, siguen vigentes en nuestros días. Ya el egipcio Ptolomeo, como Alejandro en la Grecia clásica, coleccionaron libros como botín de guerra o compras de mucho coste bajo recompensa. La magnífica biblioteca de Alejandría, destruida con el paso de los siglos y reinaugurada en 2002, fue un ejemplo del saber ecléctico y plurilingüe de la antigüedad.

El Imperio Romano

La segunda parte del ensayo se refiere a Roma, el imperio que conquistó el Mediterráneo, Europa, el norte de África y el próximo Oriente. No se contaba con escuelas públicas, pero su población conquistada pudo acceder a la alfabetización y cultura en un porcentaje muy superior al del mundo conocido anterior. Los generales romanos sometieron al pueblo griego y convirtieron en esclavas a sus gentes, incluidos los artistas, los poetas, los dramaturgos y los comerciantes, pero respetaron la mitología y la lengua griegas, así como sus obras escritas, transformándolas y adaptándolas a la cultura escrita y hablada en latín. Las referencias a Plauto, Marcial, Horacio, Cicerón, Terencio, Tito Livio, Plutarco, Catulo, Quintiliano, Juvenal, Plinio, Propercio, Ovidio, Virgilio, Prudencio o Tácito son constantes en el libro.

La larga Edad Media

Avanzamos en el tiempo posicionándonos en el siglo IV, con Hipatia de Alejandría y Agustín de Hipona; la primera fue matemática y el segundo, filósofo; ambos extraordinarios, lamentando los papiros perdidos y los no escritos por una población sojuzgada, dominada por las guerras constantes y las costumbres, que apartaban de espectáculos y expresiones culturales a los pobres y a las mujeres de todas las clases sociales. La lectura era tradicionalmente un acto público, siempre en voz alta, hasta que en algún momento de la antigüedad la profusión de copias de libros de hojas permitió la lectura en silencio, para uno mismo.

Libros antiguos, escritos y copiados con infinita paciencia y cuidado.
© «book, wood, old» está sujeto a una licencia CC0 1.0.

Los copistas de libros

Con posterioridad los monjes copistas de códices de la Edad Media conservaron el saber de su tiempo y de los anteriores, de los que pudieron recuperar obras de ficción y de teatro, así como de filosofía, religión, ciencia y derecho. Copiaban libros antiguos con infinita paciencia y a menudo ilustraban las páginas con dibujos de plantas, personas, cuadros o dibujos de ciudades. Las escuelas dejaron de ser solo privadas, pero mantuvieron la figura del maestro dominante, que desde siempre impartía sus materias con violencia física sobre sus alumnos.

Autores literarios citados

Las citas de obras de la literatura clásica y actual se reiteran desde las primeras páginas del libro. Así encontramos referencias a obras épicas como el Antiguo Testamento, el Ramayana, o Las mil y una noches, en lenguaje coral o poético y los autores en prosa, muy personales como Nabokov, Mark Twain, Teresa de Jesús, Helene Hanff, César Vallejo, Jorge Carrión, Shakespeare, Cervantes, Goethe, Dumas, Flaubert, Austen, García Márquez, Laura Esquivel, Zorrilla, Borges, Chéjov, Kafka, Fontane, Joyce, Bernard Schlink, Achebe, Tolstoi, Onetti, Calvino, Orwell, Auster, Morley, Emmanuel Lévinas, Eco, Kundera… en sus alusiones al ansia de poder, la crueldad, la bondad, la corrupción o el amor.

Películas de referencia

La referencia a cintas cinematográficas es constante también. Se citan El dictador, Notting Hill, Casablanca, Romeo y Julieta, Lo que el viento se llevó, La edad de la inocencia, Love actually, La invención de Hugo, Titanic, Anna Karenina, El cielo sobre Berlín, Siete novias para siete hermanos, Memento, El nombre de la rosa, Psicosis, Matrix, El hombre que mató a Liberty Valance, Gangs of New York, 12 años de esclavitud, La cinta blanca, Centauros del desierto y otras muchas.

Dos vergüenzas

Varios temas son recurrentes a lo largo del ensayo: la quema de libros en unas y otras épocas y la discriminación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida. También el bullying en la escuela y la mala suerte de las poblaciones conquistadas, pasadas a cuchillo, violadas o vendidas como esclavas, el ansia de saber y comunicar que ha permitido a los poderosos coleccionar libros y obras de arte, además de la conjunción de la tecnología, la cultura y el mercado para expandir el ingenio.

Quema de libros

El emperador chino Shi Huangdi en el 213 antes de Cristo, la Inquisición, el nazismo, la Revolución Cultural china, las purgas soviéticas, las dictaduras española, argentina y chilena del siglo XX o la guerra de Bosnia (antigua Yugoslavia), donde fue quemada la espléndida biblioteca de Sarajevo en agosto de 1992, ejemplos reales que se exhiben de la quema de libros obligatoria, auspiciada por los dictadores en distintas épocas, acompañada, a veces, de la ejecución de autores y lectores o poseedores de libros. Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, novelista del siglo XX, es una obra narrativa donde también se obliga a la gente a quemar libros, conscientes los gobernantes de la fuerza revolucionaria de la palabra escrita. Sin embargo, muchos libros, incluso los quemados o censurados, han sobrevivido hasta nuestros días.

Misoginia

Las mujeres se han visto apartadas siempre de la vida pública, excluidas de expresarse culturalmente, de participar en negocios o espectáculos de toda índole e incluso de pisar la calle o reunirse con otras mujeres, no digamos con hombres. A pesar de ello, ellas han accedido al lenguaje verbal y han transmitido a sus hijos todo el bagaje de costumbres, preceptos e ideas de su propio pueblo. Han transmitido, generación a generación, el conocimiento doméstico y todas sus habilidades inherentes: medicina, botánica, farmacopea, gastronomía, enfermería, obstetricia y elaboración de alimentos, de tejidos, de vestimenta y de ajuar.

Escultura griega de perfectas medidas y proporciones, Apolo del tipo Apolo de Kassel atribuida a Fidias.
© «Pentelic Marble Head of Apollo, Kassel Type, Roman 2nd C. AD Copy of Greek Bronze Original, c. 470-460 BC» de Gary Todd está sujeto a una licencia CC0 1.0.

Dónde encontrar El infinito en un junco

Las críticas al libro han sido muy buenas, como corresponde a un texto fuera de serie, opinión en la que coinciden críticos, profesores, periodistas, especialistas y público.

Puedes comprarlo en Amazon en tapa blanda, en Amazon como libro electrónico (versión Kindle), en Storytel como audiolibro, en El Corte Inglés en tapa blanda, en Casa del Libro en tapa blanda, en Casa del libro como libro electrónico (versión ebook) o en Fnac en tapa blanda. También puedes buscar en qué librería física cerca de ti tienes el libro disponible en tapa blanda en Todos tus libros.

¿Te animas a leer este libro? Si ya lo has hecho, dime qué es lo que más te ha gustado.

Tras contemplar a través de los párrafos de El Infinito en un junco la recurrente invasión bélica de Roma hacia otros territorios te invito a leer mi relato, Amenaza en la sierra, de similares situaciones de pánico e incertidumbre por parte de las poblaciones en peligro de conquista.

Cuídate mucho.


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